Despertar recuerdos felices, una técnica de movilización de pacientes.

Queridos lectores:

Hoy me apetece compartir con vosotros una  de esas experiencias que te tocan el corazón.

Enfermería es una ciencia y un arte que requiere muchas veces de altas dosis de creatividad e imaginación. Esta parte no tangible de los cuidados la estoy desarrollando mucho en la residencia de ancianos en la que trabajo actualmente y donde una parte de los residentes tienen alguna forma de demencia o Alzheimer.

Los cuidados centrados en las capacidades que aún están presentes requieren ese toque de magia que hace que conectes con el otro y que te empuja a utilizar canales de comunicación insospechados….

Os presento a una de las residentes a la que llamaré Elisabeth. Es una mujer inteligente, culta, le encanta la música, el arte. Antes de que la demencia enturbiara su mente había viajado por medio mundo. Su demencia le impide construir una frase de tres palabras o seguir una instrucción simple, pero entiende todo lo que le dices. Hace poco Elisabeth me dió una clase teórico-práctica estupenda sobre movilización de pacientes.

Era última hora de la tarde y después de ayudar a Elisabeth en la higiene personal, la acompañé a la cama,  y como siempre se acostó, pero esta vez se quedó peligrosamente en el borde izquierdo de la cama. Le pedí que por favor se desplazara hacia el centro de la misma. Me miró y  asintió con la cabeza pero su cerebro fue incapaz de enviar la orden y ejecutar la intrucción que le estaba pidiendo.

La opción fácil estaba clara, llamar a una compañera y utilizar la «slide sheet» para colocarla bien en la cama, pero me resistí a ello, me parecía una falta de respeto hacia ella. Debía haber alguna otra forma de conseguir que se colocara bien por ella misma sin ponerla en riesgo de caída ni de lesionarme yo misma. Y entonces ¡se encendió una luz! Elisabeth es una enamorada de España, ha estado varias veces y cada vez que se lo menciono se le ilumina la cara. Así que le dije:

«Mira, tienes que moverte como lo hace una bailaora española.»

Y ya me véis a mí, catalana de Barcelona con gran respeto pero sin tener ni idea, arrancándome por sevillanas y ofendiendo en un plis-plas a media Andalucía y parte de Escocia.

Elisabeth me miraba alucinada y partiéndose de risa, of course! y entonces le dije sonriendo:

«No te rías ¿eh? Ahora te toca a tí».

Y automáticamente, sin dejar de mirarme, en tres movimientos de cadera se colocó perfecta en el centro de la cama.

¡Os podéis imaginar! me quedé perpleja, riendo de pura felicidad con ella.

¿Qué más podía añadir?

Pues:

«Olé Elisabeth and well done!»

Scotland
Scotland

Un abrazo y feliz domingo a tod@s,

Elena

3 comentarios sobre “Despertar recuerdos felices, una técnica de movilización de pacientes.

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