La Grandeza de las Mujeres Anónimas

Muchas mujeres no eligieron del todo la vida que finalmente vivieron, la que les tocó vivir. Simplemente aceptaron su destino y se entregaron a él con generosidad y aceptación.

Su vida  ha tenido y tiene sentido a través de la de sus seres queridos. La sonrisa, la alegría y los logros de sus hijos, y los primeros pasos de los nietos, les han llenado de sentido. Cada beso y cada abrazo les ha devuelto todo el amor que han dado siempre de manera incondicional, sin pensarlo, sólo sintiéndolo y sin esperar nada a cambio.

Hay tristeza en la mirada de muchas de ellas, hoy ancianas, porque hay un agujero oscuro y frío, un vacío existencial que no han logrado llenar. Porque sienten que ya es tarde, ese tren ya partió. Porque no las besamos ni las abrazamos lo suficiente…

Esas mujeres se merecen recibir de vuelta todo el amor que han derramado. Merecen ser escuchadas, comprendidas, y por encima de todo, merecen nuestro reconocimiento.

No están en facebook, ni en twitter, no van a tener un #FF que las haga grandes porque no lo necesitan, ellas son Grandes sin saberlo y eso es lo que hace que sean flores tan bellas. Hay que ser una alma generosa y grande para seguir haciendo día a día lo que «tienen que hacer» sin queja, en el absoluto anonimato y con Amor.

Esas madres, esas abuelas tan silenciosas y discretas, esas que pasan desapercibidas son las que cuando se marchan nos dejan un vacío casi inesperado imposible de llenar, un dolorcito sordo en el corazón difícil de callar.

Este post es para ti… sentido y  escrito con cariño, con respeto. No demos por hecho la suerte que tenemos de ser cuidados y amados por Seres tan Grandes. Mucho de lo que somos y de lo que llegaremos a SER es GRACIAS A ELLAS.

* * *

Con Amor,

Elena Lorente Guerrero

2 respuestas a “La Grandeza de las Mujeres Anónimas

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  1. Gracias Elena por tu escrito, que comparto profundamente. Realmente el vacío que sientes al perder a una de estas personas no se puede explicar, solo se puede sentir. Perdimos a mi madre hace cinco meses, dia a dia la encuentro a faltar, pero tuve la suerte de poder devolverle un poquito de todo lo que ella me dio, la pude cuidar, hasta su ultimo suspiro la podimos acompañar hasta el final. Un trozo de mi corazón es suyo y de nadie mas. No dejéis de decir cuanto queréis a vuestra gente, cuando no están es lo único que reconforta la tristeza.

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