H.D. Thoreau, R.W. Emerson, J. Muir consideraban que todo el conocimiento que el ser humano necesita reside en la naturaleza. Es cuestión de estar despiertos, atentos. Contemplar, y estudiar la naturaleza nos permite aprender su código, comprender sus mensajes.
Nora Weeks narra en «Los descubrimientos del Doctor Edward Bach» que E. Bach pasaba horas caminando por los prados, o cerca del mar, también en los parques, los jardines (kew) ¡que son una maravilla! Observaba las flores, las plantas, cada detalle, absorbiendo los patrones de fuerza vital con actitud abierta y de escucha con la naturaleza.
La forma en que E. Bach se relacionaba con las flores y las plantas es un ejemplo vivo de la filosofía del diálgo que plantea M. Buber, (Yo y Tú): «La relación es reciprocidad». ¡Cuánta falta nos hace Buber! …
Es fascinante leer, empaparnos de estos grandes autores. Nutre el espíritu. Si la lectura tiene además como escenario un jardín, un claro del bosque, un camino junto a un río, o la arena de la playa, la lectura nos eleva y nos ancla a la vez. Conectamos con nuestra dimensión trascendente, con lo profundo de nuestra alma y re-cor-damos que compartimos las mimas raíces, nos nutre la misma tierra y nos calienta el mismo sol. Que en definitiva, todos somos uno, intersomos con la naturaleza y con la fuerza vital que subyace en toda forma de vida.
Mientras escribo estas líneas, me vienen a la memoria recuerdos de la Isla de Lewis que siempre me regala una profunda sensación de pertenencia.
La belleza indescriptible de Callanish. Silencio y cálida soledad contemplando la puesta de sol entre las piedras que atesoran secretos e historia.
Pisar descalzos la arena salpicada de conchas de las playas infinitas de Uig intentando alcanzar el mar que constantemente se aleja…
Contemplar el prado cubierto de flores silvestres que lleva hasta las calas y las playas … ¡El claustro natural más bello!
Jugar con las algas, las conchas blancas, las caracolas y las piedras planas bañadas de sol, viento y tormenta.
Y aquí, las fucsias del jardín siguen en flor defendiendo un verano tardío frente al otoño. Delicadas bailarinas que nos regalan formas, movimiento, colores.
A finales de verano recolectamos fresas, grosellas, moras, ¡deliciosas!
Hoy acabamos de llenar la despensa de hierbas aromáticas del huerto: tomillo, romero, orégano, salvia, cebollino, caléndula, lavanda y mejorana.
Y el estanque y su magia… La vida surge y se desarrolla sin intervención alguna.
… Tengo que hablaros de este estanque maravilloso que promueve la vida y acoge a la fauna silvestre más diminuta, casi invisible, esencial para la vida….
Elena Lorente Guerrero
10 de Octubre de 2022

Pura poesía para el alma, que reconforta y anima.
Gracias Elena!!!
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Muchas gracias, José Manuel!
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