Entrevista a CRISTINA FRANCISCO, Enfermera y Profesora de Enfermería de la Universidad de Alcalá: «Aplicar el pensamiento enfermero desarrollado y los modelos de cuidados en la práctica, con la metodología propia, el proceso de cuidados y las clasificaciones más oportunas es lo que haría visible nuestra aportación a la salud y al bienestar de los beneficiarios de los cuidados enfermeros»

Queridos Amigos:

Tenemos a grandes Enfermeras referentes en España, y una de ellas es Cristina Francisco.

Es importante nutrirnos de las vivencias y de la experiencia de Enfermeras  que como Cristina, forman parte de la historia de la Enfermería española.

Con sus valores, y su ejemplo contribuye a construir la disciplina y la profesión. Inspira a las profesionales que ejercemos sea cual sea nuestro ámbito profesional. Y es también, una luz que alumbra el camino para las futuras Enfermeras.

Es un honor darle la Bienvenida a la familia del blog y aprender con ella.

* * *

 

Me llamo Cristina Francisco, soy enfermera desde el año 1970. Ejercí en la clínica en diferentes hospitales de Madrid y Guadalajara, la mayor parte del tiempo en unidades de cuidados intensivos.

Cuando yo comencé a trabajar como enfermera coincidió con la apertura de las primeras unidades de estas características y me supuso un reto muy estimulante, aprendimos todos juntos (enfermeras y médicos), recuerdo esta época como muy positiva en mi vida laboral.

He desempeñado diferentes puestos de gestión, como supervisora de unidad y como supervisora de área.

Posteriormente pasé a ocuparme de la planificación y desarrollo de la formación continuada en el hospital de Guadalajara. Más tarde me incorporo como profesora en la Escuela de Enfermería de esta misma ciudad.

Después vuelvo a Madrid como responsable de la unidad de Formación, Calidad e Investigación en el hospital Ramón y Cajal y otro periodo como supervisora en la unidad de pediatría de este mismo hospital.

Desde el año 1993 ejerzo como profesora en el Departamento de Enfermería de la Universidad de Alcalá.

Esto es a grandes rasgos mi vida profesional, de la que tengo la sensación de haber disfrutado mucho, he conocido a colegas muy interesantes, a gente con grandes valores, me quedan amistades de todos los lugares por los que he pasado y recuerdos muy gratos de mucha de la gente que he cuidado.

  • ¿Quién es Cristina Francisco en Esencia?

Pues soy una señora mayor, a punto de cumplir 60 años y ¿qué soy en esencia?, pues una profesora en los estudios de enfermería que trato de hacerlo lo mejor que puedo, de estar cerca de las estudiantes y los estudiantes, aunque a veces pienso que la diferencia de edad, que cada año es mayor por mi parte, es un impedimento… porque ellas y ellos siempre tienen la misma edad.

Y, en esencia, soy también madre, una madre que se siente muy orgullosa de sus hijos, soy una persona muy familiar, quiero mucho a mi familia más íntima, y muy amiga de mis amigas y de mis amigos.

Después de lo vivido, lo bueno, lo menos bueno y lo malo… me gusta la vida, comer, ir al cine, pasear, charlar, mirar fotografías, leer una novela, ver amanecer cada día y trabajar… en fin, las cosas cotidianas que están a nuestro alrededor y que después de cada palo, valoro más.

  • ¿Eres así porque eres Enfermera, o eres Enfermera porque eres así?

No se lo que es antes, esto me preguntaba mi hija María cuando tenia once o doce años, y no se cuando me he hecho como soy.

Yo iba a ser maestra, que era lo único que se podía estudiar en la ciudad en la que vivía (Guadalajara), pero casualmente, cuando iba a empezar comenzaron los estudios de Enfermería (ATS, por entonces) y decidí estudiar enfermería (aunque nos llamábamos ATS, yo siempre me identifiqué más con el nombre de enfermera, no se porqué).

La decisión fue porque como enfermera podía ir a trabajar a Madrid, y como maestra hubiese tenido que hacerlo en un pueblo. Entonces, para mi, Madrid representaba el no va más de lo cosmopolita.

Aunque pienso que la práctica de la enfermería, las enfermeras con las que he compartido el trabajo y las personas a las que he cuidado, son quienes me han ido haciendo como soy, sobre todo me han ayudado a desarrollar la parte más empática de mí, que era precisamente a lo que se refería mi hija cuando me lo preguntó, al verme actuar con una persona mayor a la que le atropelló un coche en la calle.

  • ¿Qué destacarías de tu trayectoria profesional?

Como comentaba anteriormente, empecé ejerciendo en la clínica. Trabajando en la UCI del hospital Ramón y Cajal, a mediados de los años 1970, coincidiendo con el cambio del plan de estudios, el curso de nivelación, y a nivel más general con los “cambios sociales y políticos”, conocí a una de las enfermeras que más influido en mi evolución, Lucía Mazarrasa, esta enfermera que era responsable de la formación continuada en la hospital, me abrió el campo de la enfermería como disciplina.

En esta época, y apoyada en lo que nos transmitía Lucia y los nuevos estudios, hice mis primeros trabajos y participación en Congresos, era un momento en que estas iniciativas contaban con el apoyo de los organismos y las instrucciones profesionales.

A partir de ese momento he compartido periodos con dedicación a la clínica y a la docencia, y también de una manera permanente a mi propia formación, reglada y no reglada, desarrollando una actividad científica e investigadora que finalmente concluye con mi doctorado.

Aunque, al hablar de mi trayectoria profesional, una conclusión que me gustaría destacar es que he disfrutado mucho con el ejercicio de la enfermería en sus diferentes ámbitos, no puedo saber como hubiese hecho otra cosa que no fuese la enfermería, pero lo que es cierto es que haciéndola he experimentado muchas satisfacciones.

Esta es una reflexión que frecuentemente hago con las estudiantes, les digo que pueden ser diversas las razones que les hagan haber llevado a estudiar y más tarde a ejercer la enfermería, pero que tengan la seguridad de que si se comprometen con un ejercicio profesional responsable serán muy felices.

  • ¿Qué aprendiste en tu etapa como Enfemera asistencial?

Muchas cosas, y de todas las personas que coinciden en los diferentes momentos de los cuidados.

De las colegas he aprendido y aprendo constantemente. Recuerdo a un compañero que hablaba con las personas que estaban en coma, más tarde entendí que había explicaciones teóricas que fundamentaban esta manera de proceder.

A otras compañeras que eran muy minuciosas con el cuidado de las necesidades básicas y las técnicas de los enfermos que cuidaban, a quienes se relacionaban muy bien con los enfermos y con el equipo, estas formas de hacer las fui incorporando a mi manera de hacer.

Actualmente cuando me acerco a la clínica para el seguimiento de las estudiantes en sus prácticas observo actitudes similares.

De los enfermos también se aprende, recuerdo a personas que las guardo en mi memoria como modelos para cuando yo esté enferma. Igual que me hubiese gustado ser tan exquisita como Pilar Moreno con la higiene de mis pacientes, me gustaría llevar la enfermedad con tanta dignidad como lo hicieron Marcos, Elena o Teresa.

Un ejercicio de repaso a mi vida. Fue como coger una maraña muy liada y empezar a tirar de un cabo para ir haciendo un ovillo ordenado.

Viví momentos mágicos, porque un recuerdo me llevaba a otro, y este a otro, así comenzaron a cobrar cuerpo personas y situaciones de los diferentes momentos y cada vez eran más nítidas.

Aunque lo que ocurre con el recuerdo de las vivencias es que unas son positivas y me producían un buen estado de ánimo, me ponían contenta, pero también se materializaban recuerdos negativos y el efecto era el contrario.

Mientras escribía hubo momentos en los que me descubría con una sonrisa y otros en los que llegaba a llorar.

  • ¿Qué te aporta la docencia?

Me considero una privilegiada por dedicarme a esta área del ejercicio profesional. Me pagan por leer, estudiar, explicar e investigar y sobre todo por acompañar a jóvenes para que aprendan a ser enfermeras.

Aunque la dedicación a la docencia tiene una doble vivencia, por una parte, está el que no existen límites, se los pone cada uno, siempre se puede estudiar más, investigar más, preparar más y mejor las actividades con las estudiantes, compartir más con los colegas, hacerlo mejor…, la otra parte es que el poderlo haber hecho mejor frustra cuando no se hace tan bien como se hubiese deseado.

Las estudiantes aportan muchas satisfacciones, les ves como crecen en conocimientos y actitudes, y sobre todo cuando vuelven como profesionales, después de un tiempo tituladas, y valoran positivamente su paso por la escuela.

  • ¿Qué cualidades, valores y comptencias consideras imprescindibles en una Enfermera?

La competencia profesional. La identificación de los cuidados humanos como la razón de ser de la enfermería y que se fundamente todo lo relacionado con ellos en los conocimientos que les den significado y por supuesto que se satisfagan de manera sistemática.

Claro que para ello es necesario establecer una buena relación de ayuda y amparar todas las acciones en principios éticos y deontológicos, pero con las bases conceptuales y metodológicas que comento.

Habrá personas que prefieran que les atienda una enfermera simpática, pero para otras puede ser más atractivo que sea seria, ocurre lo mismo con que hayan optado a la enfermería por “una llamada irresistible de vocación” o que lo hayan hecho por no poder acceder a otros estudios.

Pienso que lo que si quieren todas las personas que necesitan atención enfermera es que se les atienda con profesionalidad, que no es otra cosa que con conocimientos, actitudes y habilidades que se aprenden y desarrollan, primero durante el proceso de formación y después con una práctica reflexiva.

  • ¿Qué urge en Enfermería?

Delimitar de una vez por todas el objeto de estudio de la disciplina y de interés de la profesión, que no es otro que los cuidados de salud de las personas y los grupos, como lo vienen poniendo de manifiesto las teóricas y pensadoras.

Y sobre esta base investigar, construir explicaciones para fundamentar y enriquecer la práctica cuidadora, desde todos los ámbitos.

Para completar el circulo hacerse preguntas en la práctica que lleven a nuevas áreas de estudio e investigación, y así continuamente fundamentando los cuidados, aplicándolos, haciéndose nuevas preguntas, explicándolas y nuevamente aplicando los cuidados con las nuevas explicaciones.

Aunque puede sonar poco original es necesario aplicar el pensamiento enfermero desarrollado, los modelos de cuidados, en la práctica y hacerlo con la metodología propia, el proceso de cuidados y las clasificaciones más oportunas.

Esta necesidad se viene planteando desde los años 1970 y no termina de cuajar y sin embargo es lo que haría visible nuestra aportación a la salud y bienestar de los beneficiarios de los cuidados enfermeros.

  • ¿Qué transformaciones consideras necesarias en el Sistema Sanitario?

La salud es un derecho de todas las personas por el hecho de serlo, es lo que recogen las declaraciones de los organismos internacionales.

Por lo tanto considero que los gobiernos, la sociedad, tienen que garantizar que todas las personas reciban la atención que precisan para gozar de la mejor salud posible.

Dicho esto, entiendo que un sistema de salud tiene que garantizar la accesibilidad y equidad a toda la población, a toda.

Y por supuesto respetar las decisiones de cada persona considerándola como sujeto activo de su proceso.

Por otra parte, respecto a las profesionales enfermeras, me parece que deben ser consideradas como cualquier otro profesional que tiene un campo propio. No entiendo bien que se pueda elegir médico y no se pueda elegir enfermera, por ejemplo.

  • Háblanos de tu trabajo como cooperante.

Hablar de mi actividad en países pobres como cooperante es muy pretencioso. Si que he realizado algunas actividades en países Africanos (Angola, Guinea Ecuatorial y Mozambique) y en América Latina (Nicaragua, El Salvador y Colombia), pero la actividad de cooperante requiere de una dedicación y manteniendo en las acciones que yo no realizo.

Mi estancia más larga fue en Guinea Ecuatorial, que ejercí como profesora en la Escuela de Enfermería durante un cuatrimestre, experiencia que fue muy significativa en todos los aspectos de mi vida.

Otras actividades han sido aportaciones concretas, “como experta” en algún proyecto, la coordinación de un proyecto de estudiantes de la Universidad de Alcalá en Centroamérica y la dirección de un proyecto de alfabetización para personas desplazadas en Colombia.

  • ¿Qué te ha impresionado más?

La generosidad de quienes menos tienen. Así de concreto y sin tenerlo que pensar.

Las gentes de las zonas más pobres son más generosas, parece como si existiera una relación entre cuanto menos se tiene más se comparte.

  • ¿Cómo cuidan de los niños, de los ancianos? ¿Cuáles son su valores?

Ancianos he visto pocos en los lugares que he estado, aquí en nuestro entorno las plazas están llenas de personas mayores, en los países pobres están llenas de niñas y niños.

A los ancianos se les respeta, son un referente de sabiduría y experiencias para los más jóvenes.

En cuanto a los niños y niñas es muy llamativos verles sonreír, es raro ver llorar a una criatura, como se les suele nombrar.

No se suelen observar cuidados especiales con los más pequeños, ni mimos especiales, ni expresiones especialmente tiernas.

Si que se ve, frecuentemente, que los que son un poco más crecidos se ocupan de los más pequeños, y sobre todo de lo que impresionan es de estar felices, contentos… da mucho gusto ver a los niños y a las niñas por la calle, vestidos pobremente pero contentos, aunque sea vendiendo cualquier cosa con una cesta en la cabeza, aunque, por supuesto, es más grato verles con la cartera ir a la escuela.

  • ¿Qué deberíamos aprender de ellos e incorporar en nuestra forma de cuidar, y de entender el continuum salud-enfermerdad-muerte?

No se, no tengo conocimientos, ni percepciones para hablar de esto. Me parece que se ayudan mucho entre ellos cuando tienen cualquier problema.

Si que he observa que ante cualquier acontecimiento, positivo o negativo, como puede ser la primera comunión, la fiesta de los 15 años de las niñas, el matrimonio, la emigración, una situación de enfermedad, la muere, etc., son situaciones que congregan a la familia y a los cercanos, pues bien, la respuesta además de la participación se pone de manifiesto porque cada persona aporta lo que puede, lo que tiene, dinero, comida, su trabajo.

Me parece que podríamos aprender de su sentido de la solidaridad para todos los momentos de la vida.

  • ¿Dónde te vacías?

Me cuesta vaciarme, me cuesta pedir ayuda en la cosa de los sentimientos, decir que estoy mal, sin embargo para las cuestiones materiales es todo lo contrario, pido ayuda sin pudor.

Generalmente me reconcomo y rumio los problemas hasta que se solucionan o aprendo a convivir con ellos.

  •  ¿De qué te llenas?

De mi familia más intima y de mis amigas y amigos.

  • ¿Qué te apasiona?

No se, creo que nada me gusta tanto como para apasionarme, me gustan muchas cosas, que comentaba anteriormente, pero apasionarme… solamente la utopía de vivir en un mundo más justo, más sostenible y mejor preparado para la vida futura.

  • En un momento complejo como el que etamos viviendo ¿Qué mensaje transmitirías a la sociedad?

Sería bueno que cada persona fuésemos capaces de ser con los demás como somos, y nos gusta que sean, con nosotras y nosotros.

  • ¿Deseas compartir algo más con nosotros?

Me parece que con mis respuestas he compartido mis pensamientos y sensibilidades sobre la profesión y la vida en general.

¿Qué más puedo compartir? Simplemente daros las gracias por dedicarme vuestro tiempo.

* * *

Muchas gracias Cristina por compartir tus experiencias con la misma cercanía y autenticidad que percibí al leer tus memorias.

Gracias por tu mensaje claro para las Enfemeras y gracias sobre todo, por ser así.

Abrazos,

Elena Lorente Guerrero

 

2 respuestas a “Entrevista a CRISTINA FRANCISCO, Enfermera y Profesora de Enfermería de la Universidad de Alcalá: «Aplicar el pensamiento enfermero desarrollado y los modelos de cuidados en la práctica, con la metodología propia, el proceso de cuidados y las clasificaciones más oportunas es lo que haría visible nuestra aportación a la salud y al bienestar de los beneficiarios de los cuidados enfermeros»

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  1. Eres mi profesora y confidente, te adoro como persona y admiro como profesora.
    Siempre estarás presente en mis pensamientos y de mi boca saldrá una sonrisa cada vez que te mencione o hable de ti.
    No te voy a decir que sigas así, porque no sabes ser de otra manera.
    Susana Sanjusto

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  2. La Enfermería necesita más gente como tú para seguir avanzando, con tus capacidades intelectuales y emocionales, tu amplia visión y tu respeto hacia las personas y las cosas. El tenerte como profesora es un privilegio; pasar por tus manos como alumna te cambia la visión de la vida y de la profesión, hay un antes y un después… y como persona un lujo, tienes una fuerza increíble…Espero que sigas «dando caña» muchísimos años más.

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